“ALGO SOBRE LA MUERTE DEL MAYOR SABINES”
fragmentos
Morir es retirarse, hacerse a un lado,
Ocultarse n momento, estarse quiero,
Pasar el aire de una orilla a nado
Y estar en todas partes en secreto.
Morir es olvidar, ser olvidado,
Refugiarse desnudo en el discreto
calor de Dios, y en su cerrado
puño, crecer igual que un feto.
Te enterramos ayer,
Ayer te enterramos.
Te echamos tierra desde ayer.
Te fuiste no sé a dónde.
Te espera tu cuarto,
Mi mamá, Juan y Jorge.
Nos han dado abrazos
de condolencias, y recibimos
cartas, telegramas y noticias;
pero tu nieta más pequeña
te busca en el cuarto
y todos, sin decirlo,
te estamos esperando.
Padre mío, señor mío, hermano mío,
amigo de mi alma, tierno y fuerte,
saca tu cuerpo viejo, viejo mío,
saca tu cuerpo de la muerte.
Saca tu corazón igual que un río,
tu frente limpia en que empecé a quererte,
tu brazo como un árbol en el frío,
saca todo tu cuerpo de la muerte.
Amo tus canas, tu mentón austero,
tu boca firme y tú mirada abierta,
tu pecho vasto y sólido y certero.
Estoy llamando, tirándote la puerta.
Parece que yo soy el que me muero
¡Padre mío, despierta!
No se ha roto ese vaso en que bebiste,
ni la taza, ni el tubo, ni tu plato.
Te sobrevive todo.
Te enterramos, te lloramos, te morimos
mientras pensamos en lo que no hicimos
y queremos tenerte aunque sea enfermo.
Papá por treinta o por cuarenta años,
amigo de mi vida todo el tiempo,
protector de mi miedo, brazo mío,
palabra clara y corazón resuelto.
Te has muerto cuando menos falta hacía,
cuando mas falta me haces, padre, abuelo,
hijo y hermano mío, esponja de mi sangre,
pañuelo de mis ojos, almohada de mis sueños.
Te has muerto y me has matado un poco.
Porque no estás, ya no estaremos nunca
completos, en un sitio, de algún modo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario